sábado, 5 de noviembre de 2022

“¿Nos espera un futuro mejor?”, 2016. Rudyard Griffiths (Editor)

  El origen de este libro es un debate en la televisión canadiense entre expertos en ciencias sociales, el 6 de noviembre de 2015, que fue moderado por el economista y polítólogo Rudyard Griffiths, acerca de si tenemos derecho a ser optimistas acerca del futuro de la humanidad –Do Humankind´s Best Days Lie Ahead?-. El contenido resulta un poco banal a veces, no muy exhaustivo en su conjunto… y el debate tuvo lugar antes de la pandemia de la covid-19 (2020) y de la impensable invasión de Rusia a Ucrania en 2022.

  Lo más llamativo de la recopilación publicada (que incluye también entrevistas previas y juicios posteriores al debate televisivo) es la celebridad de los participantes: los “optimistas” Steven Pinker y Matt Ridley, y los “pesimistas” Alain de Botton y Malcolm Gladwell.

La cura para las falacias cognitivas son los datos, y las tendencias son inequívocas. De promedio, las personas están viviendo más tiempo, más saludables, más ricas, seguras, libres, más alfabetizadas y más pacíficamente. DO HUMANKIND’S BEST DAYS LIE AHEAD? –STEVEN PINKER

  Por lo tanto, la evidencia muestra una tendencia positiva de mejoras materiales para la vida humana en el conjunto del planeta (también en los países comparativamente más pobres). 

   Por supuesto, se levanta entonces la objeción de que el sentido de la vida humana no consiste solo en proveerse de bienes materiales. Que incluso en los países más ricos mucha gente se siente infeliz e incluso desfavorecida en lo que a bienes materiales se refiere. Tal objeción, sin embargo, parece contar con poco apoyo según los estudios de economía política y psicología social.

La idea de que la riqueza no se correlaciona con la felicidad, que es la premisa de la paradoja de Easterlin, está equivocada. Angus Deaton acaba de ganar el premio Nobel hace un par de semanas por demostrarlo. DO HUMANKIND’S BEST DAYS LIE AHEAD? –STEVEN PINKER

  Al cabo del debate televisivo, una encuesta entre los espectadores demostró que, partiendo de una opinión pública en general optimista, el intercambio de pareceres había incrementado levemente ese optimismo: resulta imposible resistirse a la fuerza de los datos.

  Ahora bien, los escépticos –o pesimistas- cuentan con cierta lógica en su planteamiento.

Muchos de los peores movimientos en la historia han surgido en las mentes de la gente que creía en el perfeccionismo –científicos, políticos y otros que pensaban que podíamos enderezar las cosas de una vez por todas-. Y esta es una filosofía de vida increíblemente peligrosa. Los perfeccionistas entre nosotros son aquellos que con frecuencia arruinan y destruyen el mundo. El verdadero progreso humano es con frecuencia la obra de gente que es mucho más modesta, que acepta sus defectos y los defectos de otros y que no intentan crear un paraíso en la tierra. DO HUMANKIND’S BEST DAYS LIE AHEAD? -ALAIN DE BOTTON

  Y

Las mismas cosas que pueden crear un cambio dramático en el progreso de ciertos tipos de cambio pueden también crear un incremento paralelo en riesgos DO HUMANKIND’S BEST DAYS LIE AHEAD?  -MALCOLM GLADWELL

  Estas dos objeciones al optimismo son acertadas y merecen atención (aunque podemos añadir más objeciones). ¿No es perjudicial el optimismo? ¿y no supone una amenaza el hecho de que estemos sometidos a cambios tan espectaculares –que no siempre tienen por qué ser positivos-?

La razón por la que estamos hablando sobre la posible extinción de los seres humanos es precisamente porque estamos tan conectados. Esto hace posible que cualquier increíblemente letal organismo o virus se expanda por todo el mundo muy muy rápido HUMANKIND’S BEST DAYS LIE AHEAD?  -MALCOLM GLADWELL

  Antes de la covid-19 ya se había vivido la prolongada catástrofe del Sida. La facilidad con que las comunicaciones y el transporte modernos son capaces de ayudar a difundir pandemias es solo un ejemplo de los cambios repentinos que pueden producirse en un mundo donde las mejoras tecnológicas se suceden unas a otras. 

    Otro cambio que se aproxima y que supone una de las más importantes expectativas de la humanidad es el desarrollo de la inteligencia artificial. Hoy por hoy es una cuestión que solo parece interesar a los especialistas… pero lo mismo se podía haber dicho hace siglos sobre los primeros avances científicos que tenían que ver con la electricidad, los antibióticos o la energía atómica.

La inteligencia artificial es el sueño actual (…) Pero es precisamente en el caso del tipo más avanzado de inteligencia artificial que finalmente dejaremos atrás al Homo sapiens. Si esto sucede no será la raza humana la que llegue [a la perfección], nos habremos convertido en otra cosa. ALAIN DE BOTTON IN CONVERSATION WITH RUDYARD GRIFFITHS

   Aunque tampoco parece algo tan desusada la expectativa de convertirnos en otra cosa, puesto que coexistimos con creencias ya antiguas que se refieren a la capacidad para trascender a estados sobrehumanos –la iluminación búdica o la beatífica existencia celestial cristiana-.

  Sorprendentemente, ninguno de los pesimistas de este debate menciona el peligro de una inteligencia artificial “maligna” y fuera de control.

  De todas formas, a estas expectativas se puede responder con que la creatividad humana será capaz de afrontar sus efectos más perversos. No podrá hacerse esto, desde luego, si primero no nos preocupamos –e incluso nos alarmamos- al respecto –de ahí los peligros de un optimismo que desarme nuestro sentido de alerta- pero además, existe también el riesgo de minimizar la incapacidad social de sacar partido a esta creatividad: todavía existen demasiados intereses particulares contrarios a una acción común efectiva a nivel planetario.

  Los intereses particulares en contra del progreso social pueden ser de tipo privado –codicia personal, consumismo, beneficios empresariales- o de tipo sectario –nacionalismo, integrismo religioso-.

El gran sueño de la Ilustración era que mediante la educación, la gente abandonaría el prejuicio, las ideas podridas y los malos impulsos, y que estas cosas se fundirían como la niebla en un día soleado bajo la luz de la razón. No ha sucedido. Hemos visto conflicto tras conflicto en poblaciones educadas, de modo que la educación no es una panacea ALAIN DE BOTTON IN CONVERSATION WITH RUDYARD GRIFFITHS

  Esta importante objeción –la educación convencional es insuficiente- no es contestada por nadie en el curso del debate. Quizá podría demostrarse que la educación convencional sí ayuda en algo a abandonar el prejuicio y las tradiciones irracionales, y quizá de ello podría derivarse algún nuevo descubrimiento de cómo orientar el perfeccionamiento intelectual y moral de los seres humanos.

  En un momento dado se menciona que el progreso implica un aumento de la sabiduría, ¿por qué no hablar directamente del progreso moral? Por el contrario, se señala otro importante prejuicio que, para muchos, puede dar lugar a un infundado optimismo:

La ciencia es la versión secularizada de la narrativa cristiana sobre la perfección de la humanidad ALAIN DE BOTTON IN CONVERSATION WITH RUDYARD GRIFFITHS

  Se puede objetar que quizá necesitemos más perspectiva científica y no menos. La ciencia promete un análisis objetivo de las causas y los efectos. Esto se puede aplicar también a la moralidad.

  En suma, en este debate se podía haber añadido muchas otras valoraciones y muchos cuestionamientos con respecto a la forma en que se enfoca el progreso de nuestra cultura. Sí es correcto concluir que lo que se suele cuestionar es el avance tecnológico y el buen resultado que pueda dar la insistencia en la misma dirección: educación, comunicaciones, ciencia. 

  Si la tecnología y la difusión del conocimiento no son suficientes para asegurar un futuro armonioso, entonces tendríamos que explorar otros caminos. Una posibilidad es profundizar –adaptándolos a nuestra época- en los mecanismos de desarrollo moral descubiertos en la Antigüedad; quizá sería posible reemplazar las antiguas religiones por otro tipo de estructuras intelectuales para el desarrollo moral que sean más eficientes y más coherentes con la racionalidad científica. Lo que muchos individuos han hecho cambiando los consejeros espirituales por psicoterapeutas tal vez pudiera hacerse a nivel de masas... y con más acierto.

Lectura de "Do Humankind’s Best Days Lie Ahead?" en House of Anansi Press Inc 2016; traducción de idea21      

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