miércoles, 15 de diciembre de 2021

“Viaje al centro de la mente”, 2017. Daniel J. Siegel

  El libro del médico, psiquiatra y psicoterapeuta Daniel J. Siegel más que divulgar información científica actualizada acerca de la mente, contiene bastantes elementos propios de libro de autoayuda, pero la preparación científica del autor llena de contenidos objetivamente relevantes su exposición acerca de cómo debemos actuar con respecto a nuestra mente en tanto que seres sociales que aspiran a una armonía inédita entre otros seres vivos. Hemos de cultivar una especial “visión de la mente”.

El mindsight, o «visión de la mente», se basa en la capacidad de cultivar la intuición, la empatía y la integración. Puede que todos tengamos esta capacidad, pero la podemos desarrollar más. La intuición es ser conscientes de nuestra vida mental interior. La empatía es sentir la vida interior de otra persona. Y (…) la integración significa conectar elementos diferenciados en un todo coherente. Para la mente, la integración significa bondad y compasión (Capítulo 4)

  Así pues, la naturaleza de la mente humana está en directa relación con el alcance de metas morales. No carece de sentido que la mente humana tienda a la armonía social ya que, al fin y al cabo, no hay animal social que pueda beneficiarse tanto de la mutua cooperación como el ser humano.

  Por supuesto, hay una definición de “mente”

Entiendo por «mente» todo lo relacionado con la experiencia sentida subjetivamente de estar vivos, desde los sentimientos a los pensamientos, desde las ideas intelectuales a las inmersiones sensoriales interiores antes de las palabras y por debajo de ellas, hasta las conexiones que sentimos con otras personas y con nuestro planeta. Y la palabra «mente» también se refiere a nuestra conciencia, a la experiencia que tenemos de ser conscientes de esta sensación sentida de la vida, a la experiencia de conocer dentro de la conciencia. (Capítulo 1)

  Cómo funciona la mente y cómo hemos de actuar para alcanzar la plenitud y felicidad buscadas depende de una determinada concepción de nuestras cogniciones conscientes.

Ser un ser humano no es fácil; encontrar una manera de aceptar la tensión entre opuestos —anhelar la certeza, pero aceptar la incertidumbre; anhelar la permanencia, pero aceptar la fugacidad; anhelar la inmortalidad, pero aceptar la mortalidad— es la esencia de la integración. Reflexionar sobre estos retos puede ayudar a crear integración aprendiendo a aceptar el poder y la importancia de mantener y respetar estas paradojas de la existencia humana. (Capítulo 3)

Por debajo de la conciencia ocurre algo que también solemos llamar mente. Son procesos mentales no conscientes como pensamientos, recuerdos, emociones, creencias, esperanzas, sueños, anhelos, actitudes e intenciones. A veces somos conscientes de ellos y en otras ocasiones no. (Capítulo 1)

[Podemos ver] la mente como pautas de flujo de energía experimentadas subjetivamente que a veces contienen información. (Capítulo 2)

La integración es la forma emergente autoorganizada con la que un sistema complejo conecta partes diferenciadas de una manera innata.  (Capítulo 3)

  El objetivo es integrarnos tanto en nuestras funciones mentales subjetivas como en nuestras relaciones sociales interpersonales. Siegel ha desarrollado, en particular, una técnica terapéutica a la que hace reiterada referencia: la "rueda de la consciencia" (Wheel of Awareness).

  En general, estas prácticas, sumadas a una visión benévola y lúcida de las relaciones humanas nos llevarían a una vida más satisfactoria, todo ello en la línea de la psicología positiva y de las terapias de mindfulness.

Cuando sintonizamos con la experiencia subjetiva de otra persona, fomentamos la unión de dos entidades diferenciadas en un todo coherente e integrado, lo cual nos permite unirnos al otro; es decir, sentimos que pertenecemos a algo y surge una vibrante sensación de armonía. Así es como el todo es mayor que la suma de sus partes, porque es el resultado de la integración. (Capítulo 6)

Ser amables con los demás, respetar las diferencias y cultivar conexiones compasivas es vivir una vida integrada. (Capítulo 10)

  La descripción que hace de mindfulness es bastante asequible y parece útil.

Cuando viajamos a otro país, la percepción de abajo arriba o ascendente puede teñir el viaje de una profunda sensación de estar vivos. El tiempo parece alargarse, los días están llenos a rebosar y en unas horas vemos más detalles de los que podamos ver en una semana en un entorno conocido. Para la percepción de abajo arriba este «ver» significa prestar más atención a la novedad, percibir los aspectos singulares de lo que está, literalmente, delante de nuestros ojos. Ellen Langer llama a esto mindfulness y ha llevado a cabo muchos estudios que revelan los beneficios que tiene para la salud abrirnos a la novedad y la frescura del momento presente. (Capítulo 5)

  Ver las cosas como si fuese la primera vez que las vemos…

  Con todo, Siegel es lo suficientemente lúcido él mismo como para mostrarse cauto en muchas de sus afirmaciones con respecto a la expresión de tales propuestas de mejora humana en la ciencia neurológica (de la cual tampoco es en absoluto ignorante). Aunque se menciona nada menos que la aplicación de la mecánica cuántica a la comprensión de la naturaleza de la mente, hoy por hoy no se pueden sacar muchas conclusiones de esto que sean útiles para el gran público.

La noción de la energía basada en la probabilidad cuántica nos puede ayudar a comprender a fondo la naturaleza de la mente (capítulo 2)

   Y

Recuerdo otra vez al lector que esta perspectiva no es más que una hipótesis. Cuando en una ocasión se la comenté a un neurocientífico su respuesta fue: «El cerebro no funciona así».(Capítulo 5)

Algunos científicos dicen que no deberíamos mencionar la física cuántica al hablar de la mente. También defienden que no deberíamos recurrir a conceptos relacionados con la energía y aplicarlos a la exploración de la mente. (Capítulo 6)

  Hay, por lo tanto, grandes distancias entre los planteamientos de Siegel y los de casos de pseudociencias al estilo de, por ejemplo, la “cienciología”:  en Siegel encontramos una formación consistente y un contacto estrecho con la ciencia académica y la práctica psiquiátrica. Pero, por otra parte, nunca debemos olvidar que se trata de un autor que, como muchos psicólogos positivos, lo que busca sobre todo es generar optimismo, confianza y esperanza.

Otros podrían creer que después de que el cuerpo muera pervive el alma, la esencia de la persona. Estoy abierto a esta creencia  (Capítulo 9)

  Este libro nos aporta conocimientos con un sentido crítico suficiente cuyo cuestionamiento puede dar lugar a muchas más obras derivadas, de apoyo o de menoscabo, siempre en el sentido de considerar que el conocimiento acerca de nuestras mentes no debería estar desligado del deseo de hacer mejores nuestras vidas, lo que a veces exigirá llegar a conclusiones tal vez de forma prematura, pero siempre urgidos por la necesidad de que ante el sufrimiento humano debemos hallar soluciones de aplicación inmediata.

Lectura de “Viaje al centro de la mente” en Paidós-Espasa Libros SLU, 2017; traducción de Genís Sánchez Barberán

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