domingo, 5 de mayo de 2019

“El club de las mentes”, 2016. Wegner y Gray

  ¿Qué es una mente?

La gente ve las mentes en términos de dos factores fundamentalmente diferentes, conjuntos de habilidades mentales que etiquetamos como “experiencia” y “agencia”

   “Experiencia” se refiere a la capacidad de sentir. “Agencia” a la capacidad de actuar voluntariamente. Una mente sería una entidad que cuenta con ambas características: capacidad para sentir y capacidad para actuar. La definición no es muy exacta, pero resulta útil y en consecuencia se convierte en la base del planteamiento de los psicólogos Daniel M Wegner y Kurt Gray a la hora de examinar en este libro algunas cuestiones que son básicas en la comprensión de la “naturaleza humana”.

El club de la mente es esa especial colección de entidades que pueden pensar y sentir (…) Los que tienen mente reciben respeto, responsabilidad y estatus moral, mientras que los que no la tienen son ignorados, destruidos o comprados o vendidos como propiedad

  Es decir, los que tienen mente cuentan con responsabilidad moral… y reciben también consideración por parte de los comportamientos morales. Se supone que los pollos y cerdos que nos comemos con regularidad no tienen mente. Pero de todas formas existe

el problema filosófico de las otras mentes. Debido a que nunca experimentamos directamente el interior de otras mentes, muchas preguntas sobre ellas son fundamentalmente imposibles de responder (…) Nunca estaríamos seguros de que otras mentes siquiera existen

  De momento, los integrantes del club de la mente somos los seres humanos. Y no todos, igual que no todos pueden ser condenados por un tribunal ni todos tienen el derecho al voto, ¿tienen mente los niños de dos años?, ¿y los que padecen demencia?...

   Pero entre quienes indudablemente sí la tienen, una cuestión de lo más relevante es que la existencia de mente sitúa al agente-sintiente dentro del mundo moral y en un rol asignado.

Cualquier entidad con experiencia es vista como merecedora de derechos morales, y cualquier entidad con agencia es vista como merecedora de responsabilidad moral

   El que siente puede sufrir y el que actúa puede hacer el mal (o el bien, pero lo que más nos preocupa es el mal). La importancia de pertenecer al club de la mente, por tanto, se encuentra en la implicación moral, que es la base de la organización social: al crearse un sistema moral, se crea un sistema social. Uno que es por completo diferente al de las hormigas o los chimpancés.

  La moralidad, incluso, podría tener una cierta naturaleza diádica derivada del reconocimiento de estas dos facetas del comportamiento del ser mental: el ser sensible y el ser agente.

Tipos complementarios de factores pensantes y sintientes vulnerables aparecen en una distinción (…) introducida por Aristóteles en el ámbito de la moralidad: dividía el mundo moral entre agentes morales y pacientes morales (…) Los agentes y pacientes dividen el mundo moral en dos, pero recuérdese que son opuestos complementarios

Importantes ejemplos de malas obras encajan en la estructura diádica [agente-paciente], incluyendo el asesinato (asesino-muerto), robo (ladrón-despojado) y abuso infantil (abusador- niño). Incluso las buenas obras como un rescate implican un rescatador y una persona necesitada

Para conseguir la máxima inmoralidad, se debería combinar un agente muy poderoso y un paciente muy vulnerable

    Pero ¿esta visión es la mejor para una sociedad justa? No debe serlo del todo porque se atiene a un rígido reparto -¿maniqueo?- de roles que no puede ser reflejo de la realidad social. De todas formas, es muy probable que este esquema fuera imprescindible para el desarrollo del Homo sapiens en estado de naturaleza, previo a la civilización.

Malos resultados llevan a la gente a buscar un agente al que culpar del mal trato –un fenómeno llamado compleción diádica.

¿Por qué las teorías conspirativas emergen tan robustas para explicar tragedias como la enfermedad, la guerra y la muerte? La respuesta (…) es la compleción diádica (…) Buscan significado, preguntan no solo cómo algo malo puede haber sucedido sino también quién está detrás de ello. Cuando la gente siente simpatía por los sufrientes pacientes morales, el marco de moral diádica les lleva a encontrar agentes morales a los que hacer responsables

Si el daño acompaña automáticamente los juicios de inmoralidad, entonces la compleción diádica siembra dudas sobre la misma existencia de “errores sin víctimas”. Los errores sin víctimas pueden ser una posibilidad lógica –psicológicamente hablando- pero son extremadamente raros

   Este mecanismo innato de asignar perpetradores y víctimas no es diferente a otros mecanismos inconscientes que tienen que ver con las relaciones sociales y morales. Por ejemplo, todo lo que concierne a la percepción de agencia:

Niños y adultos eran preguntados [en un experimento] por qué una roca en particular era puntiaguda. Los adultos mencionaban la erosión o la casualidad, pero los niños mencionaban un propósito.

Parte de la inspiración detrás de la ciencia de la psicología es el darse cuenta de que nuestro conocimiento del mundo puede estar sesgado, y este conocimiento puede estar muy alterado en lo que concierne al yo

   Este libro acerca de las “mentes”, aparte de tratar el asunto de la “compleción diádica”, añade otras percepciones sobre cómo percibimos la “mente” ajena  -sobre todo en la elaboración de la moralidad. Muchos de los descubrimientos de la psicología al respecto son datos aislados que hemos de considerar como parte de cualquier visión lúcida de nuestra propia naturaleza.

   Por ejemplo, sobre la identidad

Sabes que eres la misma persona día a día porque tus recuerdos permanecen constantes y conectados el uno al otro en una cadena ordenada.

   Y sobre el anonimato

La gente que se siente anónima son conductores más agresivos, están menos dispuestos a compartir con otros, es más probable que participen en agresiones racistas y es más probable que cometan extremos actos de violencia

    Y sobre la compasión, con sus ventajas y sus límites

Puesto que el estrés está relacionado con el duelo por una muerte temprana, la predicción obvia sería que los cuidadores morirían antes que los no cuidadores [por ejemplo, cuidadores de un cónyuge enfermo]- pero viven significativamente más, presumiblemente debido a un creciente sentimiento de agencia. Incluso cuidar de plantas puede incrementar la longevidad

En un estudio de “colapso de compasión”, los psicólogos (…) presentaron a los participantes las peticiones de una o de ocho víctimas sufrientes. A pesar del sufrimiento total objetivamente mayor de las ocho víctimas, la gente fue sobrepasada por ello y demostró menos compasión

   Y sobre la sexualización

El sexo hace que pensemos en partes concretas de alguien –pecho, abdominales, nalgas- mientras que una mente es el conjunto de la persona, una identidad abstracta. El sexo parece centrar nuestra atención en lo físico y llevarnos a ignorar lo mental (…) La gente que está sexualizada es vista simplemente como un medio para conseguir satisfacción y no como personas en sí (…) Sexualizar a los otros los objetiva, los despoja de su autonomía y su subjetividad –esto es, de su agencia y experiencia percibidas.

   Sobre la “paradoja de Knobe

Psicológicamente percibimos el buen acto como meramente incidental y el malo como intencional (…) El daño nos empuja a hallar una mente a la que culpar, pero no todas las mentes son igualmente dignas de culpa [En la paradoja de Knobe, un ambicioso millonario es culpado de dañar el medio ambiente con sus empresas… pero a la vez no se le agradece mejorarlo cuando circunstancialmente lo hace con la misma motivación egoísta]

  Sobre el control de la voluntad

Implementación de intenciones toma la forma de “si/cuando X entonces Y”(…) Para perder peso, la implementación de intención puede ser “cuando esté hambriento, abriré el frigo y sacaré verduras, no pastel”. (…) Para dejar de beber puede ser “si los amigos me llaman para ir a un bar, yo sugeriré ir al cine” (…) La razón por la que la implementación de intenciones funciona tan bien es porque exporta el autocontrol, pero esta vez al yo inconsciente

   Todas estas observaciones psicológicas nos revelan cómo nos afecta la concepción de la mente humana a la hora de prevenir sus acciones y consecuencias. ¿Fatalismo o responsabilidad? Parece razonable que la comprensión psicológica nos proporciona medios para afrontar nuestra responsabilidad: hemos de conocer los peligros de “sexualizar” a las personas –con mente- que nos despiertan deseo, así como los del anonimato y de la compleción diádica; hemos de tener en cuenta los trucos útiles para el control de la voluntad –y muchos otros trucos-; hemos de ser realistas a la hora de concebir la identidad y los límites de la compasión; no debemos olvidar la paradoja de Knobe –y muchos otros buenos ejemplos… que son la base de muchos buenos trucos… todos a nuestra disposición.

  En términos generales, las “mentes” existen y son la base de un sistema moral que funciona y que podría funcionar mejor todavía si somos capaces de comprender lo más posible sobre los mecanismos que forman el conjunto.

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