jueves, 15 de agosto de 2019

“La red humana”, 2019. Matthew O. Jackson

  Inevitable que nos sintamos inquietos por la abundancia de las modernas “redes sociales”. ¿Se sobrevalora su importancia?, ¿son más sus inconvenientes que sus ventajas? ¿Qué son, en general, las "redes humanas"?

  El economista Matthew O Jackson usa la palabra “red” (network) en el sentido del entramado de relaciones entre entidades individuales (personas o no) que determina sus funciones mutuas. El contagio de una enfermedad implica una red. Las relaciones laborales implican una red. Un ecosistema implica diversas redes.

La red humana se caracteriza porque depende de vehículos muy especiales.

El mundo se ha hecho más pequeño muchas veces antes –al aparecer la imprenta, el sistema de correo, viajes ultramarinos, trenes, telégrafo, radio, aviones, televisión y el fax. La tecnología de internet y los medios sociales son el último capítulo en la larga historia de cambios acerca de cómo interactúa la gente, a qué distancia, cómo de rápido y con quién

  Estudiar las redes implica averiguar si la mera estructura puede influir en nuestro destino con independencia del contenido de la interacción entre individuos.

Comprender las redes sociales y la manera en cómo están cambiando, puede ayudarnos a responder muchas preguntas sobre nuestro mundo, tales como: ¿de qué manera determina la posición de una persona en una red su influencia y poder?, ¿qué errores sistemáticos hacemos cuando nos formamos opiniones basadas en lo que aprendemos de nuestros amigos?, ¿cómo funcionan los contagios financieros y por qué son diferentes del contagio de la gripe?, ¿cómo la división en nuestras redes sociales alimenta la desigualdad, la inmovilidad y la polarización?

El tema de este libro es cómo las redes amplían nuestra comprensión de muchos de nuestros comportamientos sociales y económicos

  Para empezar, hay que tener en cuenta que la función de las redes sí depende claramente de sus contenidos y no solo de las estructuras. Pensemos en lo diferente que son las redes financieras y las del contagio de enfermedades.

Tener relaciones con muchos compañeros sexuales incrementa el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual más que si se hace sexo muchas veces con la misma pareja. En contraste con esto, al dispersar los negocios entre muchas relaciones, las compañías pueden exponerse menos a los choques que pueden golpear una región, mercado o suministrador

  Jackson hace una observación interesante con respecto a la crisis económica del 2008. Según él, las autoridades infravaloraron el poder de las redes al no intervenir para evitar el desplome de ciertas entidades financieras privadas por un prejuicio moralista (¿si son culpables de la crisis, por qué ayudarlos?)

Si las varias ramas del gobierno (incluyendo el Congreso de los Estados Unidos) hubieran tenido una imagen de redes más clara de lo que sucedía en el momento, habrían  actuado de forma muy diferente (…) Las consecuencias de no intervenir aparecieron pronto y fueron de hecho de amplio alcance y catastróficas. Dejar caer a Lehman Brothers, visto hoy, fue un enorme error

   Es decir, en este caso el error estaba en considerar antes el contenido que la estructura.

Nuestro punto de partida es cómo tu posición es una red determina tu poder e influencia

Si uno quiere una receta para que descienda la incidencia de la guerra en África y en Oriente Medio, el mensaje es claro: hay que hacer crecer las economías y las redes de comercio regional, y especialmente promover el comercio entre adversarios potenciales

   Crear una disposición adecuada para el desarrollo de redes y mantenerlas por encima de todo sería un poco la filosofía de este planteamiento. Siempre sin minimizar la importancia de cómo determina el funcionamiento de la red el tipo de individuos conectados y el contenido de su interactuación. En cualquier caso, la abundancia de redes es una riqueza por sí misma.

  Otro hecho cierto: la exposición de una persona a una red de control influye en su comportamiento. Por ejemplo, si se monitoriza a una persona en sus actividades financieras.

Tener un monitor resulta una gran diferencia: incrementa los ahorros en el 35%. La gente ahorraba más trabajando más y bajando sus gastos

   Estudiar las redes es también estudiar los individuos que las forman.

Unos pocos rasgos primarios de las redes nos proporcionan una profunda visión de por qué los humanos se comportan de la forma en que lo hacen

   Pensemos, por ejemplo, en el desarrollo social de los niños.

Por el tiempo en que entran en la escuela, los niños de familias de altos ingresos han oído se estima unas treinta millones de palabras más que los niños de las familias que son atendidas por la beneficencia. (…) Los padres de las familias asistidas hablan aproximadamente 600 palabras por hora a sus bebés, mientras que los padres con profesiones universitarias hablan más de 2000 palabras por hora a sus bebés (…) Esto tiene un impacto. Entre el 86 y el 98% de las palabras que los niños usan derivan del vocabulario de sus padres (…) La interacción temprana tiene un efecto de bola de nieve.

  Lo que el lenguaje hace es capacitar al individuo para desarrollarse en redes… en existir como ser social. Igualmente, las experiencias un tanto polémicas de trasladar a niños procedentes de barriadas “conflictivas” a escuelas en barriadas prósperas, han acabado dando buenos resultados. Los individuos son los mismos, pero cambia la interacción social.

Una persona puede tener pocos amigos o contactos y sin embargo ser muy influyente si estos pocos amigos y contactos son ellos mismos altamente influyentes. Esta clase de alcance indirecto es con frecuencia donde reside el poder, y podemos ver esta clase de influencia con mucha claridad a través de los conceptos de redes.

   Jackson subraya una “paradoja de la amistad” que consiste en que los amigos de las personas que tienen pocos amigos suelen tener muchos amigos. Se trata de una paradoja fácil de comprender desde el punto de vista estadístico: las personas con muchas relaciones sociales es más probable que alcancen incluso a quienes tienen pocas relaciones sociales simplemente por la abundancia de sus contactos.

En cualquier caso, si contamos con medios para establecer redes o participar en ellas, es un error fiar nuestras expectativas en una mera relación cuantitativa. Las redes muchas veces funcionan en base a prejuicios y producen contenidos pobres cuando la estructura predomina.

  La tendencia general de la gente para interactuar con otros que son similares a ellos mismos fue llamada “homofilia”

Al final, las intrincadas redes de información y normas que están formadas por la homofilia [gusto por los que son iguales] reprimen las oportunidades y comportamientos y es por eso que estas fuerzas tras la inmovilidad son primarias –y uno puede ver la desigualdad como resultado y no como la causa. 

   El comportamiento de homofilia es una constante psicológica humana presente en todos los comportamientos de red y es siempre negativo, pues reprime la diversidad y, en la cuestión social, la movilidad es lo más deseable. Nunca se debe perder de vista la inmovilidad que implica la homofilia y nunca se la debe infravalorar.

  Como en todo, los nuevos recursos pueden dar resultados muy diferentes. Como sucedió con la radio y la televisión, las nuevas redes sociales pueden aportarnos cosas buenas y malas. Lo que necesitamos es estudiar con atención el nuevo fenómeno.

  Pensemos, finalmente, en una circunstancia vital: la llegada de nuevas informaciones, particularmente por los medios de comunicación de masas.

Si bien la tecnología [de las redes sociales] es asombrosa en su variedad, volumen y velocidad de la información que proporciona, se está haciendo cada vez más difícil conseguir noticias que son difíciles de producir pero fáciles de reenviar. Se va inclinando la producción de noticias hacia noticias producidas más fácilmente, más cortas, con más garra, y no tanto por las noticias que sirven para promover la democracia, que son costosas y arduas de conseguir

   En este caso, la facilidad de la transmisión por la red favorecería la banalidad de los contenidos. Si el objetivo de participar en redes es interactuar de la forma más provechosa y abundante, entonces se corre el riesgo de que la cantidad predomine sobre la calidad. Y la estandarización sobre la originalidad.

   Quizá los medios de comunicación, las redes sociales y los hábitos de consumo actuales son insuficientes para suplir las inclinaciones genuinas por la innovación e incluso por la prosocialidad (relaciones que favorezcan la armonía social y el bienestar mutuo). Cualquier nueva aportación en este sentido, sin embargo, tendrá ahora a su disposición nuevas oportunidades de difusión. Las nuevas redes sociales, al fin y al cabo, surgieron de la vieja sociedad y tal vez estas nuevas circunstancias ayuden a poner las bases a nuevos contenidos y nuevas fórmulas sociales por el bien común.

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